Los ojos de Cisne se agrandaron, al igual que los de las dos diosas que no esperaban que Cisne desarrollara su capacidad independiente tan rápidamente.
Luego, Cisne envió su bendición a su esposo y caballero. En el momento en que el ataque de Aria estaba a punto de golpear mortalmente a Roca, se erigió una barrera invisible alrededor de Gale y Roca, que actuaba como una gran pared que no podía ser destruida por más veces que Aria la atacara.
Ella vio que su esposo aún estaba demasiado débil tras haber sido drenado por el cristal de Aria. Él necesitaba un impulso de poder proveniente de la luz de la luna. Cisne giró su cabeza hacia su tía, Selene.
—¡Tía, por favor ayúdame! ¡Mi esposo necesita un impulso de poder de la luz de la luna!.
Selene al principio no respondió, así que Cisne la instó aún más.
—¡Tía! ¡Por favor!.