Trampa de mentiras.

Cuando se abrió la puerta del salón privado, todos esperaban que Ryan entrara. Pero en su lugar, una camarera entró con una bandeja.

—Señorita Arwen, esto es para usted —dijo, y Arwen se giró con un ceño fruncido.

Volviéndose hacia Aiden, preguntó —¿Lo pediste?

Aiden negó con la cabeza. Emyr se giró entonces hacia la camarera. —¿Quién lo envió?

—Fue el señor Foster. Tuvo que irse urgentemente, por lo que nos pidió que trajéramos esto aquí como compensación por su ausencia —respondió la camarera.

Arwen frunció el ceño. —No lo necesitamos. Por favor, llévatelo —dijo, y ante sus palabras, la camarera parecía preocupada.

—Señora, este vino ya ha sido facturado y

Antes de que pudiera decir más, Aiden la interrumpió. —Déjalo aquí y vete —dijo, confundiendo a Arwen. Ella se giró para mirarlo y él la tranquilizó —No te preocupes. Le pediré a Emyr que lo devuelva más tarde.

Ella asintió y la camarera se fue dejando el vino en la mesa.