¿Cómo vas a recompensarme?

Arwen se quedó atónita por un momento, pero no lo hizo esperar mucho. Tosiendo un poco para aclarar su voz atascada, preguntó —¿Cómo lo supiste? Su tono llevaba un atisbo de culpa que definitivamente sentía por dentro.

Mientras se iba le había pedido que tuviera cuidado. Y ella también lo tuvo. Pero ¿quién iba a saber que incluso siendo cuidadosos, terminarían yendo al hospital justo al día siguiente de su partida? Y que él se enterara tan pronto.

—¿No te pedí que tuvieras cuidado? —preguntó Aiden, en vez de responder a su pregunta—. ¿Cómo te lastimaste justo el día después de que me fui?

—¿Lastimarme? No me lastimé —protestó Arwen inmediatamente—. ¿Qué te hizo pensar tal falsedad?

—¿Falsedad? —él preguntó de vuelta—. ¿Lo es?

—Por supuesto que lo es —ella dijo firmemente antes de explicar—. Fui al hospital, pero no fui yo quien se lastimó. Es Anna. Se torció el tobillo más temprano en la tarde. Yo solo la llevé al hospital. Y luego