Al día siguiente.
Arwen y Gianna estaban sentadas en la mesa del comedor tomando el desayuno cuando Arwen levantó la mirada y frunció el ceño.
—¿Qué te pasó? —Sus ojos se dirigieron al plato de Gianna—. ¿Por qué no estás comiendo bien? ¿Te sientes bien? ¿Quieres comer algo más? —preguntó, lista para llamar a Mr. Jones y pedir a los chefs.
Pero Gianna negó con la cabeza. —Estoy bien y estoy comiendo —dijo tomando una cucharada de congee en su boca—. Solo tomará algo de tiempo terminarlo.
Arwen la miró con suspicacia. Pero no dijo más. Pensó que era debido a sus cambios de humor casuales. —Está bien, entonces tómate tu tiempo. —Empujó la silla hacia atrás y se levantó—. Hoy necesito ir a la compañía. Pero si necesitas algo, puedes llamarme o decirle a Mr. Jones en cualquier momento.
Gianna asintió y la vio girarse para irse.