No es una coincidencia.

—Señora, hemos llegado —anunció.

Arwen miró por la ventana antes de asentir para reconocerlo. Miró la hora en su reloj, que marcaba las 11:50 AM.

—Alfred, esto podría llevar algún tiempo. Puedes llevar el coche al estacionamiento. Te avisaré cuando termine.

Entendiendo sus instrucciones, Alfred asintió. Arwen y Mia salieron del coche.

Mia no tenía idea de por qué estaban allí. Arwen simplemente le había pedido que la acompañara, y ella aceptó. Cuando entraron al despacho, un oficial se acercó a ellas.

—¡Hola! ¿Puedo saber en qué puedo ayudarles?

Arwen respondió con una sonrisa educada.

—Hola, oficial. Tenía una cita con el Oficial Davis.

—¿Srita. Arwen Quinn, correcto? —preguntó la oficial para confirmar.

Arwen asintió en respuesta. La oficial sonrió y continuó:

—Soy la Oficial Jena. Yo fui quien la llamó esta mañana. Por favor, sígame —la llevaré al Oficial Davis.