¿Realmente lo conocía?

Arwen miró fijamente el video congelado durante un buen rato sin responder.

El Oficial Davis le permitió ese momento para procesar sus pensamientos, pero cuando permaneció en silencio, la instó:

—¿Señorita Quinn?

La mirada de Arwen se alzó, fijándose en el oficial frente a ella.

—Si digo que sí, ¿será suficiente para que la arresten y la castiguen por lo que hizo?

El Oficial Davis se quedó desconcertado.

Aunque había anticipado una confirmación o un rechazo a su sospecha, no esperaba esta pregunta en respuesta.

Solo significaba una cosa: no necesitaba este video para saber quién estaba detrás de su accidente. Lo había sabido desde el principio.

Sin embargo, aunque estuviera segura, él no podía ayudarla demasiado. Solo con su declaración, no podía ir y arrestar a Delyth Ember. Después de todo, todo debía pasar por el proceso.

Escogiendo sus palabras cuidadosamente, negó con la cabeza, un atisbo de decepción en su voz: