Eso sí tomó con poca sorpresa a Brenda, pero no estaba aturdida. Aunque le había pedido a Margaret que investigara, no estaba simplemente especulando. Estaba algo segura al respecto.
No era obvio, pero tampoco estaba muy bien escondido.
Había visto a Aiden mostrando su corazón en su rostro. Cualquiera que lo viera mirando a Arwen podía decir que sus sentimientos por ella no nacieron de algún matrimonio de prueba que firmaron por capricho. Más bien, parecía que había prometido su corazón y alma a ella hace tiempo y ahora simplemente estaba viviendo esa promesa... felizmente.
—¿Qué descubriste? —preguntó Brenda después de un momento, sus ojos envejecidos arrugándose ligeramente en las esquinas.
Margaret se detuvo por un segundo. Tenía sentimientos encontrados al respecto, no porque dudara de lo que había descubierto, sino porque sentía que la información llegó demasiado fácilmente.