Podría o no ser una coincidencia.

Mientras tanto, en la Residencia Serenidad Este

Después de un largo y profundo sueño, los ojos de Brenda finalmente mostraron algo de movimiento. Sus pestañas se movieron sutilmente y de manera débil antes de que ella intentara abrirlos lentamente.

Una sonrisa curvó sus labios mientras murmuraba en una voz casi inaudible: «Entonces, no fueron mis últimos días ayer».

Cuando sabes que tu final está cerca, ya no dudas sobre morir. Cada nuevo día resulta ser una victoria contra la muerte. Y no importa cuán grande o pequeña sea una victoria, siempre vale la pena celebrarla.

—¡Señora, está despierta! —exclamó Xander.

Antes de que Brenda tuviera la oportunidad de registrar su entorno, la voz de Xander la sorprendió. Ella se giró para mirar al hombre, quien de repente se lanzó hacia adelante como si estuviera mirando la octava maravilla del mundo.