—A menudo, Caspian perdía de vista su objetivo. Estaba haciendo esto porque quería mantenerse con vida —se preguntó por qué entonces sentía que lo hacía para que Asher no lo odiara—. ¿Cuándo había ocurrido ese cambio?
—¿Cuándo había dejado de preocuparse por su seguridad y más por el asco que le tuviera su captor si descubría su secreto?
—El trabajo de Hannah era impecable, el brillo alrededor de sus ojos los hacía parecer soñadores, igual que el suave resplandor en sus hombros.
—El maquillaje que había hecho era sutil, pero había requerido mucho trabajo para que pareciera así, enfatizando el tamaño de sus ojos y su piel clara.
—Ella puso ondas en su cabello mayormente liso, peinándolo con elegancia con accesorios ligeros. No podía reconocerse cuando ella terminó, maravillándose de su reflejo en el espejo.
—Hannah echó un vistazo al reloj en su mano —le ofreció una mano—. Es mejor que nos movamos ahora, no nos queda mucho tiempo.