-Capítulo 230-

La primera orden del día de Lake era ir de compras al supermercado. Él estaba bien con la ropa que tenía para un par de días, y siempre podía hacer la colada.

Volvió con sus compras a última hora de la mañana, deteniéndose para tomarse un desayuno rápido.

Había parado en una panadería de camino de vuelta de la tienda de comestibles para coger unos rollos de canela recién horneados y pan relleno de chocolate.

Después de su desayuno caliente y abundante, se ocupó de guardar las compras antes de instalarse para ver una película.

Tenía tanto tiempo para él solo que Lake no sabía qué hacer, se sentía como una flor bajo el sol, en los rayos del sol de la tarde que se derramaban en la sala de estar.

Esta libertad que tenía ahora era una que nunca quería perder.

—Matilda se sentó a almorzar en la cabecera de la gran mesa en el comedor principal, fantaseando con el momento en que ella sería la que tirara de las cuerdas.