-Capítulo 248-

—Entonces, ¿preferirías nuestro antiguo apartamento? —sugirió Noah.

Caspian sintió que el estómago se le revolvía en ese momento, sintiéndose un poco náuseas. —Eso es aún peor... Mira, ¿de qué quieres hablar?

La habitación del Alfa ya no era el apartamento en el que había crecido, ese lugar ya no existía.

El tiempo que se coló aquí para descubrir pistas sobre la muerte de sus padres le había mostrado eso.

Noah se paseó hasta el salón y se sentó en uno de los sofás, esperando que él hiciera lo mismo.

Caspian no le siguió el juego, manteniéndose a buena distancia con los brazos cruzados.

—No entiendo por qué estás actuando así —rompió el silencio Noah—. Mis padres fueron los que la cagaron, no yo.

—Y creo que es un poco injusto que tú también me estés castigando.

Caspian abrió la boca sin creer lo que oía, mirando a Noah con total incredulidad.

Tuvo que pasearse un momento antes de responder, no confiando en sí mismo para no acercarse y abofetear al Alfa.