-Capítulo 325-

—¿Cómo te sientes? —la voz baja de Davian resonó a través de él.

—Sueño —murmuró Lake.

—Todavía no has comido panqueques —le recordó Davian, pero no había urgencia ni juicio en su tono.

La siguiente respuesta de Lake fue ininteligible, sus ojos se cerraban lentamente con el sabor del chocolate oscuro en la parte trasera de su lengua.

Davian lo sostuvo hasta que se quedó dormido, con el ceño fruncido preocupado en su rostro.

La doctora Pérez no se suponía que viniera hasta dentro de una o dos semanas para el próximo chequeo. El doctor también traería consigo los resultados de la primera prueba.

Pero haría que el doctor viniera la mañana siguiente antes de tener que ir al festival.

A Davian le disgustaba dejar la cama, pero sabía que a Lake le desagradaba desperdiciar comida, así que se levantó para ocuparse del resto de los panqueques. Cuando terminó, regresó al dormitorio y encontró a Lake revolviéndose.

Se apoyó en el marco de la puerta para observarlo —¿Cómo te sientes?