—¿Fuiste a cocinar el desayuno? —preguntó Lake, su cabello estaba salvaje aunque lo había cepillado antes de acostarse.
—Sí —Davian aclaró su garganta para decir—, limpia para que podamos comer antes de que se enfríe.
Eso mandó a Lake lejos para su alivio, y sin siquiera mirar hacia abajo Davian sabía que había otra tienda de campaña en sus pantalones.
Oh, por el amor de Dios.
Iba a estar en grandes problemas si se excitaba cada vez que miraba la cara de Lake, necesitaba algo de autocontrol.
Un rato después, estaban en la cocina desayunando y Davian había ideado un plan perfecto. Mientras no mirara a Lake a los ojos, no recordaba su dudoso sueño.
Lake estaba demasiado ocupado revisando todo lo que tenían que hacer ese día para notar que Davian evitaba activamente su rostro, y para cuando llegaron a la empresa, había demasiado que requería la atención de Lake.