El Doctor Pérez se presentó en la mansión otra vez cuando los resultados de los análisis estaban listos, trayendo buenas noticias además de hacer un chequeo de rutina antes de irse.
La clínica en casa, en la planta baja, empezaba a tomar forma con el Doctor Pérez manejando las máquinas que necesitaban ser compradas. El doctor se fue con una sonrisa cuando terminó todo, animándolos a contactarlo si algo salía mal.
A Lake no le importaba tener al bebé en la mansión, era una opción mucho más segura, y de esa manera no tendrían que salir a la carretera cuando llegara el momento.
Había pasado aproximadamente un mes desde la mañana en que su olor cambió y su vientre aún estaba plano, pero el resto de su cuerpo estaba cambiando lentamente.
Lake sabía que ganar peso tenía menos que ver con el bebé y más con la cantidad de postre sabor chocolate que comía... aunque, eso era porque estaba embarazado, así que...