El fornido Alfa los vio primero, se acercó para darle un toquecito a Davian. —¿No es esa tu pareja?
Davian levantó la mirada, dejando caer el cuchillo que tenía en las manos al ver a Lake, caminó alrededor del mostrador, dirigiéndose a la puerta. —¿Me estabas buscando?
Lake solo pudo asentir, todavía sin comprender qué pasaba. Esperaba caos y muchos dientes rotos, no que su pareja consiguiera un trabajo en el restaurante donde habían ido a cenar.
—Intenté llamarte pero no contestaste —lo regañó—, ¿dónde tiraste tu teléfono?
Davian metió la mano en su bolsillo debajo del delantal, lamentándose al ver las llamadas perdidas que había recibido.
—Dijiste que ibas al baño —Lake continuó—, pero fui y no te encontré, incluso llamé a la Doctora Pérez... —Se interrumpió para mirar su teléfono, recordando que había llamado al doctor.