Damián estaba parado en su habitación frente al alto espejo de pie y no podía evitar sentirse ansioso. Había superado su propio récord de la rapidez con la que podía tomar un baño, y ahora que ya estaba todo limpio e incluso perfumado, aún quedaba un dilema bastante grande sin resolver: ¿qué debía ponerse?
—No he ido nunca a un picnic antes, no tengo idea de qué tipo de atuendo se lleva a un evento así —seguía caminando frente al espejo, sosteniendo diferentes conjuntos contra su cuerpo, intentando elegir algo bonito y casual, pero nada parecía funcionarle. Al final, cansado y asustado de haber perdido ya demasiado tiempo en una tarea tan insignificante, se dirigió a Félix y preguntó—. ¿Qué piensas? ¿Cuál debería elegir?