Juego Deslumbrante

El Palacio de la Princesa, conocido comúnmente como el Palacio del Cisne, pertenecía inicialmente a la difunta Emperatriz Ayana y se alzaba con gracia en el lado este del Gran Palacio del Emperador, una visión etérea hecha de piedra blanca brillante que resplandecía suavemente en la luz del sol.

Majestuoso en su estructura de tres pisos, exudaba un aire de elegancia regia. Alrededor del palacio había un pequeño y encantador jardín de flores adornado con flores vibrantes, centrado en una fuente fascinante que bailaba con agua en cascada.

Un espectáculo para contemplar era el lugar favorito de Angélica: el gran y hermoso cenador de madera, donde delicadas vides verdes se enredaban en sus robustos pilares, proporcionando un refugio de serenidad y paz.