El Príncipe Heredero observó cómo la cara de Damián se ponía roja de auténtica vergüenza y frunció el ceño. Aunque no había forma de confirmar que la historia de la Señora Ashter fuese cierta, el duque jamás había mostrado el mínimo interés en Rosalía ni en ninguna otra dama noble. Por lo tanto, la repentina propuesta de matrimonio combinada con una historia de romances intrincados no le parecía del todo bien.
—La Rosalía Ashter conocida por la alta sociedad es una persona tímida e introvertida, atemorizada por su hermano y menospreciada por todos los demás. Aparte de su excepcional belleza, no hay absolutamente nada que pueda ofrecer, sin embargo... Los dos quieren que me trague su montaje romántico poco creíble. ¿Qué tipo de juego están tratando de jugar ambos?
Fijó su fría mirada azul en el rostro sonriente de Rosalía mientras continuaba hablando con Angélica, luego se recostó en su silla y cruzó los brazos ante su pecho. No tenía intención de dejarla sola aún.