Feliz cumpleaños, Rosalía

Al abrir los ojos, Rosalía se descubrió de pie en medio de las aguas cristalinas del mar, lejos del reconfortante abrazo de la orilla. El día presumía de un sol brillante, cuyos cálidos rayos danzaban sobre sus largos cabellos sueltos, mientras la refrescante brisa orquestaba un ballet juguetón, balanceando suavemente las ondulantes olas azules en un ritmo hipnótico y calmante.

Vestida con un sencillo vestido blanco que caía elegante a su alrededor, podía sentir el frío abrazo de la arena del lecho marino envolviendo firmemente sus pies descalzos. Las tranquilas aguas lamían suavemente su cintura, creando una melodía serena que se fusionaba a la perfección con la calma que la rodeaba. Con una mirada curiosa, giró para inspeccionar su entorno, solo para encontrarse envuelta por una soledad misteriosa, pero cautivadora.