Capítulo 389 Mascotas y la Esposa Legítima

El suelo frío, el tormento interminable.

Cuándo exactamente había terminado, Shen Li no tenía idea.

Su cuerpo, su alma, su dignidad, solo sentía que todo sobre ella se había hecho añicos.

En su mente, una y otra vez, se preguntaba por qué seguía viva, soportando las vidas de otros, soportando humillaciones sin fin.

—Huo Siyu, solo mátame...

—Shen Li murmuraba para sí misma, su garganta ya incapaz de producir palabras, sus labios apenas se movían.

Las restricciones en su cuerpo finalmente fueron liberadas, pero no sintió absolutamente nada.

En lugar de colapsar en el suelo frío, fue sostenida en un abrazo helado y fuerte, levantada horizontalmente.

—¿Quieres morir? —Huo Siyu resopló, hablándole al oído—. Eres mi mujer, incluso si quieres morir, necesitas mi permiso.

Diciendo eso, recogió la manta del sofá, envolvió a Shen Li en ella y la llevó de vuelta al dormitorio.