Susurros de Deseos 4

—Lo juro.

—...Cuerv...o.

Sus labios rojos formaron el nombre dulcemente, apenas audible en la noche tranquila. La boca de Cuervo se curvó en una cálida sonrisa cuando el preciado sonido llegó a sus oídos.

—Sí, así es como me llamarás a partir de ahora. Se acabó lo de 'Duque'.

—Está bien.

Sus movimientos se ralentizaron mientras refunfuñaba contra la almohada, cerrando por fin completamente sus ojos medio cerrados.

—¿Tienes sueño?

—Sí…

El cuerpo de Cuervo, aún palpitante de deseo, protestaba ante la idea de detenerse ahora. Había estado consumido por pensamientos de ella desde aquella noche. Su cuerpo llevaba una fragancia tenue que persistía en su mente, el recuerdo de su estrechez lo atormentaba.

—Hmm… Quiero más.

Presionó sus labios contra los de ella, su honesto deseo palpable. Mientras ella entreabrió la boca para respirar, sus párpados se agitaron, revelando sus ojos violetas.

—Realmente tengo sueño…