Recompensa del Duque (menor R-18)

—¿Por qué estás ocultando tu hemorragia nasal? —preguntó Raven, sus ojos se estrecharon con preocupación.

Ella acababa de esconder su medicina. Serafina dudó antes de responder con cautela —Bueno... las hemorragias nasales no son nada.

—¿Las hemorragias nasales no son nada? —repitió Raven, incrédulo. Sus mangas estaban manchadas con su sangre, y su rostro estaba pálido como un fantasma. ¿Qué quería decir con 'nada'?

Intentó decirle algo, a ella que parecía indiferente hacia su salud, pero se contuvo. Pensó en el Conde Alaric, el hombre que se preocupaba más por su reputación que por su hija. El encuentro de esa mañana con él solo solidificó la resolución de Raven para proteger a Serafina.

—¿Siempre te trataba así en casa? —preguntó Raven, su voz suavizándose.

Los labios de Serafina temblaron, y evitó su mirada —No es molestia cuando estás enferma. Si duele, deberías decirme honestamente que duele.

—Está bien —respondió Serafina, su voz apenas por encima de un susurro.