Un Atisbo de Ternura

Los párpados de Serafina parpadearon mientras escuchaba los sonidos rítmicos del agua llenando la bañera. Su mente retrocedió a la reciente conversación con Raven. Su preocupación había sido un bálsamo para su alma cansada, pero no podía sacudirse el temor de que su afecto se convirtiera en lástima.

Con un suspiro, se hundió más profundo en el agua tibia, dejándola envolver su cuerpo y aliviar sus dolores. Sus músculos, inicialmente protestando el calor, lentamente comenzaron a relajarse. La tensión que se había acumulado de días de preocupación y esfuerzo físico comenzó a disiparse.

Pillen y Lili trabajaban eficientemente en el fondo, colocando toallas suaves y preparando un vestido ligero y cómodo para que Serafina se pusiera después del baño. Serafina cerró los ojos, intentando centrarse y reunir la fuerza que necesitaba para enfrentar el día.

Después de unos momentos, escuchó un suave toque en la puerta.

—Señora, el baño está listo —anunció Pillen suavemente.