la impotencia de Raven

En medio de su tumulto interno, sus pensamientos corrían en un amontonamiento frenético. Consideraba la posibilidad de que la Duquesa de Everwyn hubiera consumido involuntariamente otra sustancia, posiblemente una que interactuara negativamente con la medicación prescrita. Sin embargo, al carecer de detalles específicos, todo lo que podía hacer era especular.

En este momento crítico, la mera conjetura ofrecía poca ayuda a una persona que necesitaba urgentemente respuestas claras y definitivas.

—Por ahora —comenzó el doctor, obviamente con voz temblorosa—, lo más importante es estabilizar a Madame Seraphina. Una vez que esté estable, averiguaremos qué causó esto.

La respuesta de Cuervo fue helada.

—Bien —dijo, con voz inexpresiva—. Pero entiende esto: no soy paciente. No esperaré mucho.

La doctora asintió rápidamente,

—Entendido —respondió, antes de girar y salir precipitadamente de la habitación.