Recuperación

Después de un período de tiempo desconocido.

Los párpados de Serafina temblaron suavemente, y ella comenzó a despertar, aunque su cuerpo se sentía pesado y débil. Lo primero que notó fue la horrible sensación de ardor en su garganta, como si hubiera tragado algo afilado.

Ella hizo una mueca de incomodidad, queriendo alcanzar y rascarse el cuello, pero no tenía la energía para moverse.

—...fina?

—Serafina...?

—Serafina, ¿puedes oírme?

Una voz provenía de cerca, era suave y llena de preocupación. Era una voz que conocía bien, una que la hacía sentir segura. Quería abrir los ojos, responder, pero sus párpados parecían pesar una tonelada, como si estuvieran pegados.

—Serafina, ¿estás despierta?

La voz de Cuervo era más clara ahora, su calma habitual teñida de preocupación. Lentamente, con gran esfuerzo, logró abrir un poco los ojos.