Devolviendo

Mientras tanto, Serafina permaneció un poco más en la finca del Marqués para recuperar su fuerza. Quería irse de inmediato, pero lo que más necesitaba era estabilidad. Cuervo, profundamente preocupado por su bienestar, retrasó de mala gana su partida por insistencia de su médico, quien enfatizó que el descanso era crucial para su recuperación.

Pero no se quedaban simplemente sin hacer nada. Cuervo contactó al Ducado, organizando que la mayoría de sus caballeros permanecieran en la finca del Marqués como protección.

En la fiesta, las armas estaban prohibidas y los caballeros privados vetados por el bien de la seguridad, pero la mansión era diferente. La presencia de los caballeros creó una atmósfera tensa, pero el Marqués Werner no estaba en posición de objetar.

Sin honor restante por defender, al Marqués no le quedó más opción que tolerar las acciones de Cuervo, incapaz de encontrarse con la mirada del Duque.