Con cautela, Fernando se deslizó fuera de su celda, con los ojos recorriendo en busca de cualquier señal de movimiento. Pero el corredor estaba vacío, y su corazón comenzó a inflarse de esperanza. Tal vez su padre no lo había abandonado después de todo.
Se movió a través de los oscuros pasillos, sus pasos haciéndose más audaces al darse cuenta de que no había nadie para detenerlo.
Sus sospechas lentamente se transformaron en certeza —esta era su oportunidad, su salida. Estaba vivo y pronto sería libre.
Se permitió imaginar la vida que recuperaría. Una vez fuera, encontraría la manera de reunir dinero, crear una nueva identidad y comenzar de nuevo. Y luego, tomaría su venganza contra aquellos que lo habían perjudicado, especialmente Raven Everwyn.