—¿A dónde se dirigen los dos? —preguntó uno de los comerciantes. Era un hombre mayor con una barba espesa y una sonrisa jovial.
—Solo visitamos a la familia en el pueblo cercano. Hemos estado fuera por un tiempo y pensamos que era hora de reconectar —Cuervo mintió con facilidad.
El comerciante asintió con conocimiento. —Ah, las reuniones familiares. Siempre son una buena excusa para un viaje.
Se inclinó ligeramente, bajando la voz. —Y también un buen momento para los negocios. No hay muchos viajeros estos días, pero pronto verás el pueblo bullicioso. Temporada de cosechas, ya sabes.
Serafina, a pesar de no estar familiarizada con conversaciones tan informales, sonrió cortésmente, tratando de compartir el entusiasmo del comerciante. —Eso suena encantador. Debe ser una época muy ocupada para ti.