Hacía ya algún tiempo desde que Cuervo y Serafina habían regresado del territorio del Marqués.
Casi un mes había pasado desde su último encuentro con Arjan, y la pareja había estado ocupada lidiando con las consecuencias de las impactantes revelaciones que habían descubierto. Después de enterarse de la medicina venenosa que Serafina había estado consumiendo durante años, ella inmediatamente dejó de tomarla.
La realización de que la combinación del veneno con otros medicamentos la estaba perjudicando aún más había estremecido a ambos. No era solo veneno—era una letal mezcla que había estado desgastando su cuerpo lentamente.
Tras analizar la situación más a fondo, los doctores concluyeron que la exposición prolongada tanto al veneno como a medicamentos incompatibles había dejado el cuerpo de Serafina en un estado precario.