Un pensamiento extraño (R-18)

Hasta entrada la noche, Serafina y Raven se quedaron en la tienda, vendiendo sus galletas recién horneadas. El festival continuaba afuera, aunque la multitud había disminuido, con menos personas pasando.

Finalmente, decidieron que era hora de cerrar. El aire todavía zumbaba con celebraciones, pero a medida que avanzaba la noche, las festividades estaban cambiando.

Mientras algunos continuaban bebiendo y festejando, otros buscaban placeres más íntimos, retirándose a sus hogares o posadas por la noche.

Las calles ahora estaban llenas de parejas desapareciendo en las sombras, hombres y mujeres, tanto casados como solteros, buscando aprovechar al máximo la larga y cálida noche.

Cuervo miró a su alrededor mientras cerraba las puertas de la tienda, asegurándose de que todo estuviera en su lugar.

—Se está calmando —murmuró, echando un vistazo hacia Serafina, quien todavía estaba guardando algunos artículos.