Un manantial caliente (Menor R-18)

—Ahh… sí… sí… justo ahí… —La voz era inequívocamente la de Verónica.

—Más rápido… más fuerte —vino otra voz, baja y gutural. Blakky.

Las mejillas de Serafina se sonrojaron al alcanzar el borde de un pequeño claro. Ocultos por el rocío de la cascada, allí estaban—Verónica y Blakky, completamente absortos en su mundo.

La espalda de Verónica estaba arqueada contra las rocas, su cuerpo entrelazado con el de Blakky, los dos moviéndose juntos al ritmo. Sus gemidos resonaban a través del claro, cada uno más fuerte que el anterior.

—Ahh… sí… fóllame… más fuerte… uhh… —Verónica gritó, su voz jadeante.

Blakky gruñó en respuesta, sus manos agarrando sus caderas mientras se movían juntos bajo la cascada. —Justo ahí… no pares…

Los ojos de Serafina se agrandaron al observar la escena desplegarse, pero antes de que Cuervo pudiera obtener una vista completa, ella rápidamente levantó la mano y le cubrió los ojos. —No necesitas ver esto —susurró