Con las manos en la masa.

—No puedo creer que esto esté sucediendo —lloré, las lágrimas resbalando por mi rostro—. ¿Qué demonios pasó? ¿Por qué la Mafia Black Mamba mató a mis padres, por el amor de Dios? Para colmo, mi padre era el Don de la Mafia Grande. ¿Cómo fue tan fácil para ellos matarlo a él y a mi mamá?

—Luna, por favor cálmate. Has estado llorando durante horas. Vas a tener un dolor de cabeza —dijo Dominick, sentándose a mi lado y rodeándome con su brazo.

—¿Qué voy a hacer, Dom? ¿Qué... —No pude completar mis palabras y estallé en lágrimas frescas.

—Todo estará bien. Me aseguraré de que paguen por lo que le hicieron a tus padres —aseguró Dominick, acercándome más a su pecho, consolándome suavemente.

—Ni siquiera pude ver a mis padres por última vez, para decirles cuánto los amaba —sollocé.

—Déjalo salir todo, Luna. Estoy aquí para ti —dijo Dominick con voz tranquilizadora.