Reunión.

Punto de vista de Luna

Llevo esperando casi siete minutos y cada momento me siento más cansada. Todo lo que quería era ver a Dominick y acabar con esta pesadilla. Caminé de un lado a otro en la carretera, forzando la vista en busca de cualquier señal de faros. Entonces, lo escuché: el sonido de un coche acercándose.

Contuve la respiración en anticipación, rezando en silencio para que fuera él. El coche disminuyó la velocidad conforme se acercaba a mí. Intenté mirar a través del cristal tintado, pero no pude ver quién estaba dentro. La puerta se abrió y literalmente salté de alegría al ver a Dominick salir.

—Luna, te he echado tanto de menos, mi amor —suspiró, enterrando su cabeza en mi cuello—. ¿Estás bien?

—Sí, ahora que te he visto —respondí, sintiéndome segura en su abrazo.

Se apartó suavemente, acariciando mi rostro con una sonrisa tierna. —Lo siento mucho por llegar tarde. Te busqué por todas partes después de que ese bastardo de Marcelo te perdiera.