Enfrentando a Roy.

Punto de vista de Dominick

Apenas logramos pasar por las puertas delanteras antes de desplomarnos en el sofá, exhaustos. Luna relajó su respiración y apoyó su cabeza suavemente en mi hombro. Un suspiro silencioso de alivio escapó de sus labios.

—Fue intenso —murmuró—. Gracias por salvarme.

No pude evitar reírme, negando con la cabeza. —¿Salvarte? No hice mucho, Luna. Te mantuviste firme. Fuiste increíble.

Y estaba diciendo la jodida verdad.

—¿De verdad? —Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa, pero sus ojos reflejaban un pensamiento más profundo.

—Sí lo fuiste —me recosté en el sofá, dejando que la tensión del día se disipara de mis músculos—. Estoy orgulloso de ti, Luna. Lo hiciste realmente genial allí, cariño.

La forma en que su rostro se iluminó con mis palabras fue suficiente para hacer que el agotamiento valiera la pena. Sonrió tan brillantemente que no pude evitarlo. Me incliné y le di un suave beso en los labios.