Acto I — Capitulo 6 — Scathath

—Mi verdadero nombre, por tu seguridad, no te lo diré, pero puedes llamarme... Scathath... O si quieres cumplir la promesa de tu madre, llámame maestra—

El brillo en los ojos de Scathath era decidido y su tono afilado, al igual sus pupilas afiladas que examinaban el cuerpo de Inei. Pero dándose cuenta de lo que dijo, suspiro cansada.

—Lo siento... Estoy un poco desesperada—. Se llevo una mano a la cabeza, sus ojos se cerraron y se dio la vuelta, su túnica se movía con la misma elegancia que su cabello blanco.

Inei aunque aun estaba confundido y lleno de preguntas sobre que tipo de relación llevaba esta mujer con su madre, se levanto con un poco de esfuerzo, su brazo izquierdo presionando su abdomen. 

Un suspiro helado salio del interior de el y camino para acercarse un poco a Scathath.

—No sé si la mayor Scathath, puede contarme acerca de la promesa de mi madre— Pidió mientras juntaba sus manos y se inclinaba un poco hacia delante.

Scathath miro por encima de su hombro al joven chico, sus labios se curvaron hacia arriba.

Dándose media vuelta dio unos pasos para llegar hasta el, colocó una mano en su hombro.

—Conocí a tu madre en su juventud, ella encontró mi en las orillas de un rio, mi alma estaba escondida en ese anillo, cuando desperté y salí de su interior, tu madre me miro muy asustada.—

Scathath dejó escapar una risa ligera al recordar aquel momento, como si evocara un recuerdo preciado y lejano. Sus ojos grises brillaron con un matiz nostálgico antes de posarse nuevamente sobre Inei. 

—En ese entonces, tu madre aún no era la mujer fuerte y temida que muchos en este pequeño imperio llegaron a conocer. Era joven, ingenua… pero con una determinación inquebrantable. 

Se apartó un poco de Inei y cruzó los brazos, mirando hacia la entrada de la cueva, donde la luna bañaba el paisaje con su tenue luz. 

—Al principio, pensó que era un espíritu maligno atrapado en el anillo. Pero después de escuchar mi historia, decidió ayudarme… aunque no sabía cómo. —Scathath suspiró—. Tu madre tenía un talento increíble, pero le faltaba alguien que la guiara. Así que llegamos a un acuerdo: yo la entrenaría a cambio de que, cuando llegara el momento, ella me ayudaría a recuperar mi cuerpo. 

Inei frunció el ceño, procesando la información. 

—¿Recuperar su cuerpo?—. pregunto Inei observando las facciones de la mujer, Scathath asintió antes de continuar.

—Veras pequeño... Lo que ves ahora frente a tus ojos, es el reflejo de lo que algunas ves fui en vida—. Inei frunció más el ceño expectante del cuerpo de la mujer. 

—Dices que... Es tu alma con la que estoy hablando?—. Scathath asintió cruzando los brazos. —¿Cómo eso posible?— 

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—En el mundo de los cultivadores esta muy limitado si solo te dedicas a ese arte, la única forma que puedas vivir después de la muerte, es alcanzar el rango de falso rey y aún así es complicado materializar tu alma, pero si eres un alquimista, siempre y cuando tengas un poder de alma fuerte, puedes vivir como fantasma, aunque no es muy recomendable— 

Inei inclino la cabeza hacia la izquierda con una expresión pensativa, se llevo la mano hacia la barbilla antes de hablar. —Entonces según esto, la mayor Scathath es una alquimista ¿No es así?—. Scathath sonrió ante la observación de Inei y asintió. —Entonces...¿Es usted es la hermosa mujer misteriosa que mi madre tanta veces me conto?—

La sonrisa de Scathath creció más un brillo de orgullo en sus ojos grises, pero ese brillo rápidamente cambio a sorpresa cuando vio el movimiento del Inei. 

Pues el muchacho se arrodillo y luego pego su cabeza al suelo. —Gracias... Gracias a ti mi madre pudo criarme y darme su amor con alegría—.

La Alma de Scathath se tenso, no espero ese gesto y no sabía como responder, alzo una mano para rascarse la cabeza, luego jugo con sus dedos, para finalmente suspirar y acercarse a Inei, para tomarlo por los brazos y levantarlo. 

—Aquel año, no pude eliminar por completo la enfermedad de tu madre, no tenía el poder suficiente...— El tono triste y sus ojos un poco más apagados le dio a entender a Inei que la mujer frente a el lamentaba mucho no haber podido completar su cometido. 

Scathath sostuvo a Inei por los brazos un momento antes de soltarlo con suavidad. A pesar de su expresión firme, en sus ojos había un dejo de culpa que intentaba disimular.

—Tu madre… nunca me culpó —continuó con voz pausada—. Sabía que lo que hice por ella era más de lo que cualquier otro habría intentado. Pero aun así, nunca pude librarla completamente de su destino.

Inei cerró los puños. El dolor en su pecho no era físico, sino emocional. Pensar que su madre había estado condenada desde hace años, que incluso alguien como Scathath no había podido salvarla del todo, hacía que un sentimiento de impotencia ardiera dentro de él.

—Entonces… —su voz sonó grave, con un peso que no estaba allí antes—. ¿Eso significa que su muerte fue inevitable?

Scathath asintió lentamente, observándolo con cautela.

—Su enfermedad era demasiado peculiar. Incluso yo no la comprendía del todo en aquel entonces. Lo único que logré fue extender su tiempo de vida… y darle la oportunidad de ver a sus hijos crecer.

Inei bajó la mirada, sintiendo una mezcla de gratitud y tristeza.

—... Antes mencionaste 'Cumplir la promesa de tu madre' ¿Qué significa?

Scathath alzó la mirada para ver el cielo nocturno, las estrellas encima de ellos casi formaban una línea.

—Tu madre creyó en la profecía que una vieja vidente, la cual decía que de su sangre, un príncipe nacería, ese príncipe sería capaz de controlar el fuego desde una edad muy temprana.

Los ojos grises de Inei temblaron con un brillo de sorpresa y confusión...

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El salón de la subasta se sumió en un expectante silencio cuando Liam Fei, con una expresión de satisfacción, chasqueó los dedos. Un asistente se acercó con una bandeja cubierta por una tela de seda roja.

Liam Fei deslizó una mano por la tela, disfrutando del momento antes de retirarla con un movimiento fluido. En la bandeja, un pergamino de tonalidades doradas y azuladas brilló bajo la iluminación del salón, emanando un leve destello de energía.

—Damas y caballeros —su voz melodiosa resonó con elegancia—, ha llegado el momento de presentar el objeto especial número 10 de esta noche. Este pergamino, posee la energía pura de un poderoso experto de rango Song. No tiene un nombre escrito en el, pero lo que sabemos es que está técnica combina la rapidez del trueno con la potencia destructora del viento. 

Un murmullo de asombro recorrió la sala. Las técnicas de tipo rayo y viento son raras, y más si combinaban ambas afinidades en una sola técnica.

—No les daré un precio exagerado ya que no tenemos mucha información acerca de la técnica, pero deben saber que una técnica creada por un experto de ese calibre tampoco será barata... La puja empieza con diez mil monedas de oro o quinientas monedas espirituales. 

Los precios no tardaron mucho en comenzar a crecer, Lian sonrió detrás del abanico mientras los invitados aumentaban cada vez más los números, sin dudas esta era una excelente ganancia para la familia Miller y eso significa un nuevo logro para ella.

Pero aún así, se sentía un poco frustrada que los miembros del clan Nozen solo se hayan interesado en un par de objetos y técnicas. Pero ella sabía, que ya se daría la oportunidad.