Asociación de Magos, dentro de la gran sala del cumbre dorado...
En la cima de la cumbre redonda, once magos se reunieron, sentados en un círculo perfecto. Sus sillas, hechas del más fino jade del emperador esmeralda, brillaban suavemente bajo la luz etérea.
Alrededor de la sala, cascadas caían suavemente, sus sonidos tranquilizadores mezclándose con los susurros de las runas.
Los once magos supremos esperaban la llegada del Mago del Bastón Allaric, cada uno sentado con un aire de solemnidad y anticipación. Estos eran los paradigmas de la Asociación de Magos, cada uno maestro de sus únicas artes arcanas.
El Supremo Mago Daga Thallic estaba sentado con los brazos cruzados, sus túnicas oscuras adornadas con motivos de dagas plateadas que brillaban como si estuvieran vivas. Su mirada penetrante se movía inquieta, revelando una mente siempre alerta.