4ª Etapa: Defensa Tempestuosa

La sirvienta se arrodilló directamente ante Simón y extendió sus manos para entregar la carta de información.

—Maestro Simón, un mensaje de tu padre —dijo ella, su voz temblando ligeramente.

Simón se detuvo, bajando su bastón mientras tomaba el papel de sus manos. Sus ojos escanearon el contenido rápidamente, y una sonrisa triunfante se esparció por su rostro.

—¡Qué gran noticia!... La próxima Reunión del Espíritu Bestia Inmortal, y mi lugar confirmado en el centro, muy cerca de la Piedra del Alma del Dios de la Guerra —murmuró para sí mismo.

Una risa maniaca estalló desde su garganta, resonando a través del ahora tranquilo rango montañoso. Miró a la joven dama, sus ojos brillando con una luz salvaje. —Esto es perfecto. ¡Absolutamente perfecto!