¿¡Es Esto Un Verdadero Dragón!?

La Corte Real se quedó en absoluto silencio mientras tres figuras flotantes aparecían en el cielo. Cada uno vestía las inconfundibles túnicas negras de los Jueces Reales, sus cabezas adornadas con sombreros cónicos plateados que brillaban a la luz de la mañana. En sus manos, sostenían cetros dorados, símbolos de su máxima autoridad.

Descendieron lentamente, su presencia comandando el respeto de todos los que les miraban. Los espectadores, que momentos antes habían sido ruidosos e inquietos, cayeron en un silencio incómodo. Incluso la turbulenta multitud de la nación Doom se calmó cuando los jueces tomaron sus lugares en los tres masivos tronos de piedra al frente de la Corte Real.

El juez del medio, un anciano con los ojos entrecerrados, levantó su cetro. Su voz, aunque calmada, retumbó por todo el estadio enorme como un trueno.