Cruzaste una línea!

—¿Quién es él? —preguntó el Rey Ragnar, con la mirada fija en el joven que desaparecía rápidamente en la niebla, completamente cubierto con túnicas oscuras. Su sospecha era evidente en su tono agudo mientras observaba la figura desvanecerse por el camino.

—Solo es una buena persona nacida en una familia de escoria —respondió Kent con indiferencia, quitándole importancia al encuentro mientras se giraba para enfrentar a su tío. Sin dar más explicaciones, Kent continuó caminando hacia adelante con paso confiado.

El Rey Ragnar no insistió en el asunto, aunque un destello de inquietud cruzó su rostro. Silenciosamente siguió a Kent mientras se acercaban a la puerta de teletransportación que los llevaría a la Ciudad Capital Real. Ninguno habló mucho mientras la energía giratoria de la puerta los envolvía, llevándolos a su destino.

Al llegar a la Ciudad Capital, el imponente palacio se alzaba frente a ellos, enclavado en el sector norte de la ciudad.