Castillo Real, Temprano en la mañana...
En el gran salón del castillo real, la Reina Madre Soya estaba sentada en un trono de obsidiana oscura, su rostro estoico e inescrutable. A su izquierda estaba el Rey Hoon Doom, el patriarca de la familia Doom, su frente fruncida por la ansiedad. Junto a él estaba su hija, el Príncipe Chuli, inmóvil con ojos fríos.
El aire en la sala era sofocante, mientras más de diez magos reales, expertos en colocar trampas, se movían por el suelo, tejiendo su complejo hechizo en un diseño con forma de loto que se extendía desde el centro del salón.
El Rey Hoon Doom rompió el silencio, su voz baja y seria: