¡Dos llaves del tesoro!

Kala vaciló antes de expresar su opinión.

—La Ciudad de la Isla Muerta... Ahora pertenece a Kent. Él tiene la propiedad de esa tierra. Para extraer el cristal de Titán, podríamos necesitar meses de tiempo, ya que necesitamos excavadoras poderosas que puedan llegar a kilómetros bajo tierra. No tenemos mucho tiempo para construir la puerta de teletransportación como se prometió. Extraer el cristal de Titán en dos semanas es casi imposible. Así que debes hacer algo para que la Ciudad de la Isla Muerta pase a ser propiedad de nuestra familia —explicó Kala en un tono preocupado.

La emoción desapareció del rostro del Rey Hoon al instante, reemplazada por un profundo pesar. Golpeó con su puño el reposabrazos de su trono.

—¡Maldita sea ese mocoso enmascarado! Sabía que no debíamos haber negociado esa tierra maldita después de la pelea de Honor y Justicia. Dios... ¿qué hacemos ahora? Ese mocoso enmascarado no devolverá la ciudad ni siquiera si le ofrecemos una gran ciudad a cambio.