—¿Por qué crees que puedo ayudarte? —preguntó Kent a Chelli, la sublíder de la Isla Noman.
Chelli respondió de inmediato en un tono serio. —Inicialmente, no pensé que lo harías. De hecho, no tenía ninguna esperanza. Pero mi hermana, Ria, quien está encarcelada en la prisión real, me dijo... no, me ordenó que viniera a buscar tu ayuda. No sé por qué tiene tanta fe en ti, pero después de observarte desde lejos estos últimos días, me di cuenta de que quizá tenga razón. No eres como los demás.
Kent levantó una ceja, un destello de curiosidad finalmente apareciendo. —¿Y qué exactamente me hace diferente? Los halagos por sí solos no me harán arriesgarme a enfrentarme a los reales.