Castillo del Dios de la Tormenta…
El Castillo del Dios de la Tormenta se alzaba alto y ominoso contra el telón de fondo de un cielo oscuro. Ocasionalmente, relámpagos danzaban a través de las nubes turbulentas arriba, iluminando el castillo plateado que perforaba los cielos.
El castillo, tallado de piedra oscura y con vetas de brillantes runas azules, parecía respirar al ritmo del pulso de los relámpagos. Sin embargo, dentro, la atmósfera era placentera, a diferencia de la tormenta exterior.
La grandiosa sala de música estaba llena de dulces melodías, las suaves notas de las flautas se mezclaban con el golpeteo rítmico de los tambores. Docenas de chicas etéreas, curvilíneas, medio desnudas, vestidas con sedas translúcidas, se movían con la gracia del agua que fluye.
Antorchas doradas titilaban a lo largo de los pilares de mármol, lanzando sombras suaves que bailaban junto con ellas.