Mar Oscuro…
La Montaña Abismal se erguía en el centro del mar oscuro como un monolito de pesadillas olvidadas, sus picos irregulares perforando las nubes y hundiendo sus raíces profundamente en el suelo oceánico.
Phillip, el nuevo Emperador Demonio, se alzaba imponente en la orilla rocosa, sus ojos carmesíes ardían con una ambición implacable.
—¡Mantengan las cuerdas de serpiente tensas! ¡No se suelten!
La voz de Phillip tronó sobre las aguas, sacudiendo la misma esencia del mar oscuro. Su enorme capa negra ondeaba en el viento, adornada con la corona esquelética del anterior Emperador Demonio. El ejército de demonios trabajando detrás de él reconocía su comando con bajos gruñidos y fervientes asentimientos.