¡La trama de los Dioses revelada!

—Detente ahora, Anciano —habló el primer sabio yóguico, su voz suave pero con una autoridad innegable que hizo que todo el campo de batalla quedara en silencio. Sus palabras parecían ondular a través del aire, silenciando incluso los susurros más leves del viento.

El sabio líder dio un paso adelante, su forma brillaba tenuemente con una luz etérea. Su larga barba se balanceó ligeramente en la brisa, y su mirada penetrante se suavizó al posarse sobre el sabio tántrico. —Oh gran Sabio Tántrico, te ruego que moderes tu ira. Este joven no es tu enemigo.

El sabio tántrico y la serpiente madre de mil capuchas se congelaron momentáneamente a medio movimiento. Los enormes ojos carmesí del sabio tántrico se volvieron hacia el sabio yóguico. —¿Y por qué debería contener mi mano? Invadió mi dominio y amenazó la vida de mi mascota.