Isla de Nadie...
La atmósfera en la cámara de guerra de la Señora Clark estaba cargada de tensión. Los comandantes de las facciones de los Magos Jurados estaban reunidos, sus rostros marcados y cansados por los conflictos interminables en todo el Séptimo Reino.
El mapa de las naciones yacía ante ellos, salpicado de marcadores que representaban los territorios bajo su control. Estaba claro que ocupaban muchas naciones, pero su ejército se había debilitado.
Las pesadas puertas de madera se abrieron chirriando, y el Rey Ragnar, el gobernante de la Nación Helada y tío de Kent, entró con paso firme, su rostro pálido de preocupación.
—Hermana —Ragnar comenzó, su voz una mezcla de desesperación y urgencia—. Mi hermano Ryon ha apuntado a la Nación Helada. El ejército de la Asociación de los Nueve Reinos—ocho millones de tropas—está marchando contra mi tierra. En un día, llegarán a mis fronteras. Por favor, debes actuar.