Ciempiés Dorado de Sierra Mecánica

Cuando Fang Yuan despertó, ya era mediodía del segundo día.

El dolor de cabeza había desaparecido, y el dolor intenso se había desvanecido por completo.

Tocó su oreja subconscientemente, el sentido del tacto era igual que antes. Era como si el corte de su oreja nunca hubiera ocurrido la noche anterior.

Bajó de su cama, buscando un espejo para mirarse.

En el espejo, se mostraba el rostro de un joven; no era guapo, pero su iris oscuro como un abismo, lo hacía destacar entre los mortales, mostrando un frío carisma único y especial.

Las orejas del joven eran igual que las de cualquier otro.

Anoche, cuando plantó la Hierba de Comunicación Terrenal de Oreja, la oreja derecha de Fang Yuan estaba hinchada y grande, su oreja colgaba hasta casi alcanzar su barbilla. Pero ahora era completamente normal en apariencia, no había nada diferente.

Esto se debe a que su cuerpo y la Hierba de Comunicación Terrenal de Oreja se habían acostumbrado el uno al otro.