Simplemente déjalo volar un poco más alto

Capítulo Dos, Sección Tres

La luz del sol de la era de la antigüedad inmemorial brillaba sobre todos los seres vivos.

Las cigarras hacían ruido, emitiendo el clamor de la vida. Densos árboles verdes formaban una gran área de sombra, balanceándose con el viento.

Una gran vasija de vino delicioso estaba frente al Sol Verde Grande, pero él fruncía el ceño, sin deseo alguno de beber.

—Gu de viaje divino, oh Gu de viaje divino, me has perjudicado tan profundamente. Ahora, ni siquiera me atrevo a beber vino. Temo emborracharme y terminar transportado por ti a una tierra peligrosa —El Sol Verde Grande suspiró angustiado.

Las dos veces anteriores, fue enviado al abismo ordinario por el Gu de viaje divino, así como al caldero de los hombres peludos. Afortunadamente tuvo suerte y logró salir con vida de ambos incidentes.