—¿Qué? —Hao Ji Liu, el Demonio del Agua, estaba furioso.
Desde que empezó a viajar por el mundo, nadie se había atrevido a hacer tales comentarios sobre él ni había mostrado tanto desprecio.
—¡Rey Lobo, eres demasiado arrogante! ¡Hoy te haré pagar el precio por ello! —Hao Ji Liu, el Demonio del Agua, rugió furiosamente y avanzó con sus palmas.
—¡Rango cuatro — Gu de cascada!
Su esencia primordial fluía locamente hacia el Gu, haciendo que vapor de agua llenara el aire, y entonces, con un sonido retumbante, un enorme chorro de agua apareció de la nada.
El chorro de agua era incomprensiblemente rápido, como una cascada que cae desde una gran altura.
El rápido chorro de plata clara trajó consigo una intensa fuerza helada mientras golpeaba ferozmente al grupo de lobos.
En un instante, más de mil lobos murieron o resultaron heridos. El flujo rápido se extendió lejos, limpiando a fondo el área alrededor de Hao Ji Liu.