—¡Matar! —gritó Yan Tian Ji.
En un instante, los Maestros Gu de la tribu Yan comenzaron a atacar, utilizando un surtido de movimientos.
Flujo de agua, fuego estelar, hueso blanco, pájaro de fuego, todo tipo de ataques fueron lanzados y dirigidos hacia el Demonio del Agua.
Pronto, luces color arcoíris brillantes iluminaron el rostro del Demonio del Agua.
Estos ataques eran llamativos y deslumbrantes, eran como fuegos artificiales en el cielo nocturno, hermosos y letales.
El Demonio del Agua estaba en una situación peligrosa, pero no se apartó ni evitó, en cambio mostró una sonrisa fría.
En sus ojos, una luz espeluznante y penetrante estalló, la luz brillaba intensamente y aturdió a un anciano de la tribu Yan frente al Demonio del Agua.
Este anciano de la tribu Yan fruncía el ceño al sentir que su visión se nublaba.